Sunday, August 7, 2011

¿Tiene o no tiene? Adolfo R. Taylhardat

EL UNIVERSAL

Opinión – Miércoles 03 de agosto de 2011

¿Tiene o no tiene?

Adolfo R. Taylhardat

Una vez más el führer ha logrado dividir el país. Esta vez la polarización gira en torno del acertijo de si tiene o no tiene cáncer. Según una encuesta hecha por El Nacional, 46 %, de los venezolanos creen que si y 41 %, creen que no. Sin embargo, progresivamente viene ganando terreno la versión de que no tiene cáncer y de que todo es una más de las estratagemas del inquilino de Miraflores para inspirar lástima y de esa manera recuperar el espacio de popularidad que vertiginosamente ha perdido.

Los argumentos que esgrimen quienes apoyan esta tesis son muchos y muy sólidos. Veamos algunos: no se le puede creer lo que dice porque es un gran mentiroso como lo demuestra su comportamiento habitual; toda esa historia del cáncer es un engaño maquinado en combinación con Fidel Castro; dice que ha perdido 20 kilos de peso pero está igualito de gordo y rozagante; una persona con cáncer no cantaría, bailaría ni pegaría saltos como un mono en la forma como lo hizo desde el “balcón del pueblo” el día de su cumpleaños; si tuviera cáncer no seguiría pegado de la televisión que es su deporte favorito; tratándose un mitómano compulsivo como él cualquier cosa puede esperarse, más cuando la única versión oficial es la de él y Fidel y además las informaciones ofrecidas por ellos han sido muy contradictorias.

Incluso médicos y eminentes oncólogos comparten la tesis del no. Entre otros argumentos cito los siguientes: una persona que ha sido sometida a dos operaciones delicadas consecutivas como dice él que le hicieron no habría podido viajar en avión el día siguiente de terminada la primera sesión de quimioterapia; si según dice él “los exámenes de imagenología no detectaron presencia de células malignas”, ¿para qué sigue siendo sometido a tratamiento de quimioterapia?; la quimioterapia es un tratamiento demasiado fuerte para aplicar varias sesiones en una misma semana como dice él que le hicieron; el tratamiento de quimioterapia es muy agresivo y produce efectos secundarios visibles.

En cuanto a la versión de que sí tiene cáncer, creo que, aparte de lo que aseguran el mismo führer, sus acólitos y Fidel, el argumento más sólido es el de que, si fuera mentira, sería el gesto de burla, de engaño, de fraude más colosal que le puede hacer al pueblo venezolano, a la comunidad internacional y a sus pares gobernantes de otros países. La gran mayoría de los venezolanos incluidos los medios hemos asumido con respeto ¿y por qué no?, con algo de solidaridad humana, la afirmación de que efectivamente tiene cáncer. Los principales medios de comunicación social de todo el mundo, la CNN, Al Jazeera, y la BBC, los periódicos más prestigiosos de diversos países y en general toda la prensa internacional han aceptado como verdad la información de que el mandatario venezolano efectivamente sufre de cáncer. Adicionalmente los Jefes de Estado y de Gobierno de los países amigos de Venezuela han enviado mensajes de consuelo y preocupación por la salud del führer.

Si al final se comprobara que todo ha sido mentira, el limitado prestigio que todavía conserva se derrumbaría y quedaría ante los ojos de la comunidad internacional como un auténtico impostor que no ha tenido escrúpulos para embaucar a la humanidad haciéndole creer una falsía simplemente para satisfacer su ambición de poder.

Personalmente opto por esperar a que el tiempo - y la voluntad de Dios - nos den la solución de este acertijo absurdo. Comparto la posición de un eminente médico quien dice que prefiere dedicar sus esfuerzos a otras causas más loables y no perder el tiempo en lo que el führer quiere que lo perdamos.

Con todo, hay algo que no deja de causar extrañeza: lo usual en casos como este es publicar un parte médico oficial, un informe forense, suministrando a la ciudadanía y al público en general detalles acerca del estado de salud del mandatario, exponiendo con precisión el origen, la naturaleza de la dolencia que le aqueja y su gravedad si es que la hay. Hasta ahora sólo conocemos lo que han dicho el propio führer y su papá putativo Fidel. ¿Será que ningún galeno respetable, ni siquiera alguno de los más leales, está dispuesto a arriesgar su prestigio prestándose para avalar un chanchullo?

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Maru Angarita