Insólito
Adolfo
R. Taylhardat
Insólito
es lo más benigno que se puede decir del errático y nada ortodoxo tratamiento
que el Reino de los países los Países Bajos le dio al caso del
narco-general Carvajal.
Siempre he tenido un hondo respeto y admiración hacia Holanda como pais.
Cuando
me desempeñé como Embajador ante la entonces Comunidad Europea, con
sede en
Bruselas tuve ocasión de viajar frecuentemente Holanda por razones de
servicio
o simplemente por el placer de visitar ese pequeño pero hermoso
país que entre otras cosas
ha logrado la hazaña de extender su territorio
ganándole terreno al mar.
Creo
que todavía nadie sale de su asombro ante el giro de 180 grados que dio
Holanda en
el caso del narco-general.
Un gobierno serio no emite una opinión en
un tema tan delicado como el relacionado con
un superdelincuente, traficante de drogas, lavador de dólares,
protector de la narcoguerrilla
colombiana, para poco tiempo
después desdecirse y asumir una postura radicalmente contraria.
Recordemos
que las autoridades arubeñas, después de consultar con
el Ministerio de Relaciones Exteriores de Holanda (las
relaciones internacionales de Aruba
las maneja el
Reino). Habiendo recibido la seguridad de que el narco-general
no gozaba
de inmunidad, procedieron a detenerlo.
Para sorpresa de todo el mundo,
no solamente en Venezuela sino también en el exterior y
hasta
de las propias autoridades arubeñas que habían intervenido en
el caso, el Gobierno de
los Paises Bajos cambió de opinión y dispuso que el narco-general
fuera puesto en libertad y
que regresara inmediatamente a su país, lo que
ha sido interpretado como una declaración de persona non grata.
En este asunto Holanda ha actuado como una auténtica república bananera.
Pareciera que el
caso ha sido manejado por funcionarios tan ineptos como los
de la cancillería venezolana,
Veamos:
Es
evidente que el narco-general no gozaba de status alguno que le invistiera
de inmunidad
de jurisdicción. Había sido designado cónsul general meses
atrás pero no había asumido el
cargo, no había entregado sus letras
patentes y, en consecuencia, no había recibido el
exequatur que lo
habilitara para desempeñarse como cónsul. Llegó a Aruba como un
visitante
cualquiera y así lo reconoció inicialmente la cancillería holandesa. Es
más, al
parecer su viaje a Aruba obedecía a un negocio que se proponía
emprender con un
socio panameño para montar un casino y realizar otras
actividades de índole personal.
Por
todo ello resulta insólito el comportamiento de Holanda que condujo a la
libertad del narco-general.
Resulta
interesante destacar que el cambio en la posición del Reino no fue dado a
conocer por ningún funcionario holandés, sino por el simulacro de canciller
venezolano quien afirmó que la decisión le fue comunicada mediante un
supuesto comunicado que resumo s continuación:
En
virtud del artículo 13 del convenio consular el jefe de una
misión consular puede ser admitido provisionalmente para ejercer sus
funciones. En ese caso son aplicables las disposiciones del convenio
consular
En
base a este artículo el Reino reconoce que las disposiciones del convenio
consular se aplican al señor Carvajal. Esto significa que la detención del
23 de julio fue una violación de la inmunidad.
Lo
anterior es una distorsión de lo que establece la Convención de Viena cuyo
artículo 13 dice textualmente lo siguiente:
Hasta
que se le conceda el exequátur, el jefe de oficina consular podrá ser
admitido provisionalmente al ejercicio de sus funciones. En este caso le
serán aplicables las disposiciones de la presente Convención.”
Como
se indicó más arriba, el exequatur se concede después que el futuro cónsul
ha presentado sus letras patentes, lo cual no se había ocurrido. ¿Cómo
puede hablar el gobierno holandés de admisión provisional cuando esta solo
procede después de la entrega de las letras patentes y mientras se concede
el exequatur?
El comunicado continua diciendo:
El Reino se encargará de su puesta en libertad.
El Reino
informa a Venezuela que el señor Carvajal, después de su liberación debe
regresar a su país
Esta
última frase ha sido interpretada como una declaración de persona non grata
y equivale a una prohibición de pisar nuevamente territorio arubeño (y
holandés)
Por qué se hace esa declaración veladamente y no expresamente.Para no
herir las susceptibilidades del ilegítimo, gran protector y defensor del
narco-general
En todo este
caso
hay otros detalles que inevitablemente llaman la atención:
Como se indicó antes,
curiosamente el primero en anunciar la liberación del narco-general
fue el simulacro de canciller venezolano. cuando debió ser el portavoz
u otro funcionario de la cancillería holandesa quien diera a conocer
esa delicada decisión que implicaba una revisión radical de la
posición inicial del Reino
El supuesto comunicado oficial del Reino
entregado, se supone, por el Embajador holandés en Caracas al simulacro de
Canciller, habla de “convención consular”. Resulta extraño que una
Cancillería de gran tradición como la de los Países Bajos no llame por su
nombre a la Convención de Viena sobre Relaciones Consulares.El supuesto comunicado luce más bien el aspecto de una “nota verbal”
y resulta extraño que una decisión de una naturaleza tan delicada haya sido transmitida de esa manera. Si bien las observaciones anteriores pudieran parecer triviales, tienen gran importancia tratándose de
un asunto en
el cual está envuelto un país que se
ha distinguido por su apego al
derecho internacional, y por ser la sede de
la Corte Internacional de Justicia, del Tribunal
Penal Internacional y
de varios tribunales especiales que han juzgado,
o le siguen juicio,
a varios personajes autores de delitos contra
la humanidad.
De
hecho, con su actuación Holanda prácticamente se ha solidarizado con un
vulgar delincuente con el consiguiente deterioro de su
prestigio como país respetuoso del derecho internacional.
En
cuanto a los motivos que llevaron a Holanda a cambiar de parecer, se han
mencionado varios.
Personalmente
no creo que las amenazas proferidas por el Ilegítimo hayan
sido determinantes. Se ha reportado que como parte de esas
amenazas el ilegítimo dispuso que varios buques de la armada navegaran
en las inmediaciones de Aruba. Además, algún imbécil del
régimen propuso una “operación de comandos” para rescatar al
narco-general. “Somos capaces de lo que sea para defender a quienes son
objeto de agresiones externas” dijo el ilegítimo.
Esas
amenazas me trajeron a la memoria la película “El ratón que rugió” en la
cual, un pequeño país se enfrenta a una gran potencia para obligarla a
cambiar una decisión que le afectaba. En este caso, si bien Venezuela es
territorialmente más grande que Holanda, este último país es mucho más
fuerte y poderoso desde cualquier ángulo que se le vea. No creo que
Holanda, una potencia naval, haya temblado de pavor ante esas
amenazas
Los
motivos económicos son más plausibles. El cambio de posición de Holanda
seguramente tiene que ver con los jugosos contratos que ha
suscrito con el régimen del ilegítimo para la
construcción de navíos militares, lanchas patrulleras,
buques de transporte de mercancía y remolcadores. Conociendo la naturaleza
irracional del ilegitimo, quien se empeña en emular a su predecesor, no
puede excluirse que para convencer a Holanda haya amenazado
con romper todos eso contratos navieros que suman miles de millones de
dólares.
Además
está de por medio la refinería Isla, situada en Aruba, que
gracias al petróleo venezolano da empleo directo o indirecto a varios miles
de personas en ese país
Todo
esto demuestra la soledad en que se encuentra Venezuela en la
comunidad internacional. Pero
también cómo la corrupción estatal que
impera no solo en nuestro país sino también internacionalmente. Cada
vez queda más en evidencia la ausencia de valores morales en
la sociedad mundial y la preminencia de los intereses materiales
aun cuando sirvan para brindar protección a delincuentes como el
narco-general Carvajal.
Seguramente
sin buscarlo, con su decisión Holanda contribuyó a convertir a ese
delincuente en una especie de héroe nacional que fue recibido con
vítores y aclamaciones en el seno del congreso del PSUV.
En
esa ocasión el ilegítimo calificó al narco-general como un “hombre de bien,
trabajador”, víctima de la persecución de la oligarquía y del imperio.
Mientras tanto, personas inocentes, cuyo único delito ha sido proclamar su
fe y su lealtad en la democracia, permanecen presos, aislados y sometidos a
torturas psicológicas de todo tipo en virtud de la saña y el odio que reina
en el interior del régimen corrupto y podrido que en mala hora rige los
destinos de nuestra desgraciada Venezuela.
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